julio 09, 2006

CELEBRACIÓN DE LA FE: San Pedro y San Pablo

En esta celebración litúrgica de los Santos Pedro y Pablo, le pedimos al Padre del cielo, que nos llene de alegría y que nos conceda el mantenernos siempre fieles a las enseñanzas de aquellos por quienes comenzó la propagación de la fe.

  • San Pedro era un hombre humilde y muy modesto de oficio pescador. Fue llamado personalmente por Jesús a unirse al grupo de los doce mientras se encontraba preparando las redes junto a su hermano Andrés. De carácter apasionado y vehemente acompañó al Señor en muchos pasajes. Poco antes de la crucifixión de Jesús lo negó tres veces pero después de la resurrección le dirá : “ Señor, tu sabes que te amo”, convirtiéndose en el primero en confesar la fe. El Señor resucitado lo nombre cabeza de la Iglesia, convirtiéndose en el primer Papa.
    San Pedro, autor de 2 de las 21 cartas que aparecen en el nuevo testamento,
    muere crucificado hacia el año 65 d.c.

  • San Pablo, nacido en la ciudad de Tarso, era un hombre muy instruido en la religión Judía. Luego de ser un perseguidor implacable de la Iglesia primitiva, se convierte a la fe católica tras experimentar una visión de Cristo durante un viaje de Jerusalén a Damasco y pasa a ser el “ Apóstol de los gentiles”. Poseedor de un gran celo apostólico se dedica a difundir y a extender la fe en una amplia región pagana recorriendo pueblos y comunidades muy diversas. Es autor de 13 de las 21 cartas que aparecen en el Nuevo testamento.
    Luego de pasar su últimos años en prisión por causa de la fe, se cree que fue ejecutado en Roma hacia el año 62 d.c.

julio 04, 2006

El Tiempo Ordinario: un verdadero gimnasio espiritual

El año litúrgico se subdivide en los denominados “ tiempos litúrgicos”. Uno de ellos, el más extenso y antiguo es el llamado “tiempo Ordinario”. Con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes”, que son el ciclo de Pascua y el de Navidad con su preparación y su prolongación.
Ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34semanas, de las 52 que hay. Los ornamentos empleados en las celebraciones litúrgicas son de color verde, para significar la esperanza cristiana.
Durante este tiempo, la Iglesia nos invita a mirar y a meditar en la persona de Jesucristo, para que mirándolo a El podamos crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad de Dios.

El tiempo Ordinario es un tiempo propicio para crecer en nuestras tareas ordinarias: matrimonio, en la vida espiritual, en la vida profesional, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas. También nos da la oportunidad de crecer en medio de nuestros sufrimientos, éxitos, fracasos.

¡Cuántas virtudes podemos ejercitar en todo esto!

El Tiempo Ordinario se convierte así en un verdadero gimnasio espiritual para encontrar a Dios en los acontecimientos diarios, ejercitarnos en virtudes, crecer en santidad…y todo se convierte en tiempo de salvación, en tiempo de gracia de Dios. ¡Todo es gracia para quien está atento y tiene fe y amor!

¡¡¡ Crecer. Crecer. Crecer.!!! El que no crece, se estanca, se enferma y muere.

Les invito entonces a aprovechar este Tiempo Ordinario con gran fervor y con esperanza, creciendo y ejercitando con perseverancia las virtudes de la fe, de la esperanza y del amor cristiano.